viernes, 29 de abril de 2016

Murallas de Cartagena




Cartagena ha sido una ciudad principalmente asociada con la historia pirata, pues fue allí donde se presentaron numerosos ataques por parte de los piratas provenientes de europa, que encontraron en la ciudad un lugar adecuado para saquear en la epoca colonial.

Los constantes asedios de los piratas ingleses y franceses, tuvieron su detonante a mediados del siglo XVI, cuando en una sangrienta incursión del inglés Francis Drake en Bocagrande, se demostró la vulnerabilidad de Cartagena. Fue así como se ordenó por parte del reino español, la construcción del cordón amurallado
Su construcción se llevó a cabo en etapas, comenzando en 1586 Bautista Antonelli, un ingeniero italiano al servicio de la Corona Española y luego vendría en 1608 Cristóbal de Rodas Antonelli, sobrino de Antonelli quien fortificaría casi toda la parte de la ciudad que da al mar abierto.
Se construyó un conjunto de baterías armadas con cañones, del que hoy en día solo quedan once kilómetros debido a que gran parte se demolió durante el proceso de expansión que experimentó la ciudad a finales del siglo XIX y comienzos de lXX.
Un sistema de zonas permitía resguardar la ciudad dividida en cinco barrios: Santa Catalina con la catedral y numerosos palacios estilo andaluz; Santo Toribio, donde vivían los comerciantes y la pequeña burguesía; La Merced, donde se ubicaba el cuartel del batallón fijo; San Sebastián, barrio de viviendas modestas de un solo piso y, por último, el arrabal de Getsemaní, barrio de artesanos y trabajadores del puerto.
Entre 1595 y 1597, el gobernador Pedro de Acuña construyó un cinturón de paredes y defensas, bajo los planes de Bautista Antonelli, con el fin de dar a la ciudad un aspecto más urbano. Sin embargo en 1614, bajo la dirección del ingeniero Cristóbal de Rodas Antonelli, se reanudaron las murallas.
De 1631 a 1633 le tocaría el turno a Francisco de Murga fortificando todo el barrio de Getsemaní.
En 1669 al ingeniero Juan Betín le tocó la tarea de reparar las murallas destruidas por el mar, las que eran objeto de continuos embates por parte del mar. En 1721 Don Juan de Herrera y Sotomayor realizaron las reparaciones de la muralla después del ataque efectuado por el Barón de Pointis, el Virrey Jorge de Villalonga ordenó a Herrera construir cajones submarinos formando una escollera frente a las murallas.
Otra escollera habría de ser construida en el trayecto comprendido entre la Punta Icacos (cerca al actual Hotel Caribe) y Tierra bomba por Antonio de Arévalo, el ingeniero de más renombre que haya trabajado en la ciudad. En 1796 se terminarían las obras del centro de la ciudad.

La altura media de la muralla oscila entre los 6 y los 8 m y está toda construida en roca Coralina, propia de la zona.

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