Iglesia San Pedro Claver
La iglesia San Pedro Claver es un templo colombiano de culto católico dedicado a San Pedro Claver, cuyos restos se encuentran en su altar mayor dentro de la Iglesia
Se
localiza en la esquina de la calle 31 con carrera 4, justo enfrente de la Plaza
de la Aduana, en pleno sector turístico de la Ciudad de Cartagena de Indias. Pertenece
a la jurisdicción eclesiástica de la arquidiócesis de Cartagena de Indias.
San Pedro Claver fue un sacerdote jesuita que trabajo en Cartagena de Indias y se dedico especialmente a la protección de los pobres esclavos, la defensa de los derechos humanos y la lucha por la libertad. Fue conocido como “Esclavo de los Esclavos”
San Pedro Claver fue un sacerdote jesuita que trabajo en Cartagena de Indias y se dedico especialmente a la protección de los pobres esclavos, la defensa de los derechos humanos y la lucha por la libertad. Fue conocido como “Esclavo de los Esclavos”
El
templo hace parte de un conjunto de edificios religiosos que se complementa con
el Claustro de San Pedro Claver y el museo arqueológico. Fue construido entre 1580 y 1654, bajo los parámetros de las
construcciones coloniales, la fachada de la Iglesia fue fabricada al igual que
la mayoría de construcciones de la época con piedras coralinas. Originalmente
fue conocida como iglesia de San Juan de Dios, desde 1622 se le llamó iglesia
de San Ignacio de Loyola y en la actualidad recibe el nombre de San Pedro
Claver.
En
el año 1988 la Iglesia fue restaurada y en 1921 se añadió la actual capilla la
cual además de ser históricamente representativa, es un punto de referencia muy
importante desde varios lugares de la Ciudad e incluso desde el mar.
Además
de seguir funcionando con fines religiosos se le añadió un museo en donde se
pueden admirar obras de arte y el claustro el cual también tiene una riqueza
natural considerable al estar repleto de grandes árboles y generar un vista
maravillosa a los visitantes.
Por
su significado histórico, valor arquitectónico y cultural, el templo, fue
declarado Monumento Nacional por medio del decreto 1.911
La iglesia se encuentra a 200 metros
del Parque Bolívar y su horario de atención es de lunes a viernes de 8:00 a
17:30 hrs y los sábados y domingos de 8:00 a 16:00 hrs.
Iglesia
Santo Domingo
Convento establecido a
partir del siglo XVI en la ciudad Cartagena de Indias, en Colombia. Su nombre canónico era "Convento de San Daniel".
Hasta el siglo XIX mantuvo una comunidad de Frailes de la Orden de Predicadores o Dominicos.
Luego el edificio fue expropiado y entregado a la diócesis de Cartagena,
sirviendo como Seminarios,
colegio y luego instituto de bellas artes. Recientemente fue restaurado. Es uno
de los sitios turísticos más importantes de la ciudad.
En 1531, Dos años
después del primer arribo de los frailes dominicos a las costas del llamado
“Nuevo Reino de Granada” y siguiendo el método utilizado de evangelización
unido a la Conquista,
un pequeño grupo de ellos acompañó al conquistador Pedro de Heredia en su tarea de
exploración de la región de Calamarí.
En 1531, Dos años después del primer
arribo de los frailes dominicos a las costas del llamado “Nuevo Reino de
Granada” y siguiendo el método utilizado de evangelización unido a la Conquista, un pequeño grupo de ellos
acompañó al conquistador Pedro de
Heredia en su tarea de
exploración de la región de Calamarí.
En junio de 1533, se
fundó la ciudad de Cartagena de
Indias, pensada desde un comienzo como una ciudad-puerto de gran relevancia
para la tarea colonizadora. Por eso, tres meses más tarde, se tramitó la
creación de una diócesis en esta sede, la segunda de estas tierras, después de Santa Marta. Como primer obispo, se
eligió al dominico salamantino Fr.
Tomás de Toro y Cabero, preconizado el 24 de abril de 1534. Su gobierno fue
breve, pues falleció dos años después, después de enfrentar serias luchas con
los encomenderos, en cabeza del mismo Pedro
de Heredia, debido a sus excesos con los indígenas.
Desde el origen mismo de
la ciudad, los frailes se dedicaron a la enseñanza de la
doctrina cristiana a los naturales encomendados, en pueblos y aldeas de la
región. Como la nueva población prosperaba, se pensó en crear un convento, que
sirviera de base para las tareas de evangelización, y contribuyera a la
formación intelectual y a la observancia. Así, mientras se expedían las bulas
para el segundo obispo de la diócesis, el también dominico Fr. Jerónimo de Loaisa, se envió la orden
de organizar un convento regular en la ciudad, que comenzó a construirse ese
año, bajo el patrocinio de "San José", aunque todo el mundo lo conoció
como "Santo Domingo" debido a que este era el santo fundador de la
orden religiosa de los Dominicos.
Su primer prior fue Fr. Juan de
Ávila O.P.
La primera sede del
convento estuvo ubicada en la “Plaza de la Yerba” (Plaza de los Coches) y no
era más que un cobertizo provisional de paja y barro, poco resistente. Y aunque
existía lo esencial, la vida comunitaria, el edificio aún demoró en ser
levantado.
Luego de unos agitados
cruces de cartas, informes, peticiones y cédulas, hacia 1549, gracias a la
iniciativa de Fr. José de Robles,
se inició la construcción de la sede del Convento. En febrero de 1552 un
incendio destruyó la ciudad y debió buscarse un mejor sitio para el cenobio
dominicano, en un solar donado por Francisco Lípari. Como era usual, el trabajo
estuvo totalmente cargo de los indígenas de las encomiendas, quienes además
tuvieron que entregar parte de sus propios bienes. El aporte de los encomenderos españoles en un comienzo fue mínimo.
Por ello, la edificación inicial no era gran cosa: una rústica casa de paja y
barro, con una capilla, en la cual, por su fragilidad “no
se podía tener el Santísimo Sacramento, sobre todo por el peligro de los
incendios”, según se lee en los documentos.
Vinieron luego años de
estancamiento, en donde, a pesar de los esfuerzos de los frailes, los españoles de la ciudad se
resistían a colaborar en la construcción de la sede conventual. Mientras tanto,
por sus puertas entraron y salieron numerosas misiones dominicanas provenientes
de España, con destino a diversas
regiones del Nuevo Mundo.
Por fin, hacia 1565, el
prior Fr. Pedro Mártir Palomino,
al ver que la casa amenazaba ruina, encomendó a los frailes doctrineros,
aprovechar las predicaciones de la Cuaresma “a ver si podían hacer algún fruto con sus
sermones y conseguir alguna limosna para empezar el suntuoso edificio de
nuestra iglesia y convento”.
Y aunque existía el
empeño por edificar, los fondos aparecieron muy lentamente, por lo cual dicho
proceso de construcción demoró aproximadamente 150 años. Así, al tiempo que se
edificaba, debía repararse lo que ya estaba construido y que se deterioraba
rápidamente en la calurosa atmósfera cartagenera. Las obras sólo comenzaron en
1578. Dos años después, del nuevo convento sólo existían las bases y los
oficios religiosos continuaban realizándose en sitios provisionales; mientras
tanto, los numerosos frailes se las arreglaban para vivir en sólo siete celdas
de tabla. Y aunque en 1596 el Rey ordenó un auxilio de 5.000 pesos para el
convento de Santo Domingo y el de San Agustín, en 1623 el techo de la iglesia
conventual apenas cubría la mitad de recinto. Por fin, en 1630 se terminó el
templo, pero al concluir el siglo XVII aún el primer claustro conventual
permanecía inacabado, y encontramos todavía en 1730 referencias a donaciones realizadas
por el Rey con destino a la construcción y reparación del Convento.
La cuantiosa inversión y
el largo trabajo produjeron un edificio no muy atractivo por fuera, como afirma
el cronista [[Fray Alonso de
Zamora]], quien lo describió a comienzos del siglo XVIII como un convento de
“amarillenta fachada; esas ventanas enrejadas que parecen una prisión, esa
maciza iglesia, cuyos techos redondeados semejan una gigantesca tortuga, esa
cúpula aplastada, ese tosco campanario cuadrangular, esa torre inconclusa,
cuyos muros agrietados en ruinas están cubiertos de vegetales y sirven de
abrigo a los búhos, todo eso causa una profunda tristeza”, nada que ver con la
imponencia exterior del otro gran convento dominicano en la Nueva Granada, el convento
de Nuestra Señora del Rosario o "Santo Domingo", de Santa Fe. Sin embargo, prosigue el
cronista, “todo eso se cambia en admiración cuando uno franquea el umbral y
contempla el grandioso cuadrilátero de los claustros, de diez metros de altura
y proporcionalmente anchos, en dos pisos”; un edificio amplio y
ventilado, sencillo, grande, elocuente. A decir de propios y extraños, el
convento de Santo Domingo era la más hermosa construcción que existía en la
ciudad.
En su interior puede verse el altar
barroco que posee una imagen de Cristo la cual fue tallada en madera en el
siglo XIX y una imagen de la virgen que posee una corona orlada con esmeraldas
y oro. Enfrente de su gran portal se encuentra una de las plazas más
concurridas de la ciudad con innumerables cafés. SE encuentra igualmente la
apreciada escultura de la GORDA del artista colombiano Fernando Botero
Iglesia
Santo Toribio Mogrovejo
La
iglesia de Santo Toribio de Mogrovejo, una de las últimas construcciones
coloniales en Cartagena, alberga el único retablo barroco que hay en la
ciudad, varias pinturas murales de la época colonial y una bala que entró al
templo en 1741, cuando se celebraba una misa. Se encuentra en una esquina del
parque Fernández Madrid, en el antiguo barrio San Diego y su
construcción se inició en 1666, bajo el nombre de Santo Tomás de Villanueva,
cuando era gobernador de Cartagena don Benito de Figueroa y Barrantes. La obra,
que había sido comenzada por Antonio Sanz Lozano, quedó paralizada en la fase
de los cimientos, hasta que don Gregorio de Molledo y Clarque descubrió los
vestigios y considerando la necesidad del templo reanudó la obra sobre parte de
los viejos basamentos
Durante la colonia, esta iglesia, conservaba
muy bellas imágenes antiguas, fue muy cotizada por la aristocracia cartagenera.
Entre sus reliquias aún se conserva el retablo principal, la única pieza
barroca religiosa de Cartagena.
Bajo el coro, el templo posee una techumbre de
indiscutible influencia cordobesa, como sucede también con el alfarje (techo de
maderas labradas) y con el almizate (parte plana y central de los artesonados)
del altar mayor. La carpintería cartagenera está bellamente representada en las
dos puertas de acceso a la sacristía. En ésta también sobresalen las dos
artísticas pilas de agua bendita y el lavamanos, piezas de alabastro
primorosamente labradas, al estilo renacimiento sevillano.
En su interior también pueden apreciarse
algunas pinturas murales, que sobrevivieron a la cubierta de cal; y el altar
mayor de estilo barroco, restaurado a fines del siglo xix y redorado el año de 1953 por el
maestro Emiliano Luque García.
En el templo también se encuentra una pieza
curiosa conservada en una urna cubierta con un vidrio. Se trata de la bala que
fue lanzada durante el ataque del almirante Vernon al interior del templo,
cuando se celebraba la misa del 27 de abril de 1741, día de Santo Toribio
Alonso de Mogrovejo. La bala cayó en medio de los feligreses, sin causar
heridos ni daños, lo que se considera por los creyentes como un acto divino.
Por ello, la bala se conserva como memoria de la misericordia de Dios
En 2013, cuando se anunciaron las restauraciones de la iglesia,
muchos avizoraron el cierre definitivo de la joya arquitectónica. Sin embargo
después de dos años de intervención del claustro y el templo de Santo Toribio,
sus rasgos coloniales de nuevo adornan las celebraciones navideñas de
Cartagena.
El claustro donde está ubicada la Casa Cural, antes era habitado por los padres eudistas quienes tenían una casa amplia que, en algún momento, sirvió como seminario y como congregación. Hoy en día tiene un grupo de oficinas arrendadas y sus recursos están destinados para la Arquidiócesis.
El claustro donde está ubicada la Casa Cural, antes era habitado por los padres eudistas quienes tenían una casa amplia que, en algún momento, sirvió como seminario y como congregación. Hoy en día tiene un grupo de oficinas arrendadas y sus recursos están destinados para la Arquidiócesis.
“El pasado 15 de diciembre se hizo una reinauguración porque nos
faltan unos detallitos como acabar la pintura del arco toral, reemplazar unas
piezas del piso de la nave central que están elaborando en unas alfarerías.
También hacen falta vidrios de las hojas de la ventana, acabar de colocar el
fato en el andén, el amplificador y los detalles de la sacristía con una pila
bautismal de más de cien años”, comenta el padre Fernando Álvarez, párroco de
la Iglesia Santo Toribio desde enero de 2013.
A pesar de que la restauración tuvo un costo de 1.200 millones
de pesos, cuenta el párroco que la Iglesia Santo Toribio nunca dejó de
funcionar. Se acondicionó el salón parroquial durante dos años y allí se
celebraron tres navidades, dos semanas santas y los sacramentos del bautismo,
incluido la eucaristía diaria.
Con el inclemente sol y el calor que desafía las aspas de los inmensos abanicos que normalmente se instalan en las iglesias, el templo de Santo Toribio desde 2002 se adelantó a los tiempos y decidió implementar el novedoso sistema del aire acondicionado, convirtiéndose en la única con esta particular característica en el Centro Histórico.
“Cada vez que pasa un cochero con un grupo de turistas las
palabras ya memorizadas son: Esta es la parroquia más pequeña del centro
amurallado, aquí se casan los famosos, aquí se casó Montoya que donó el aire a
la parroquia, y eso es mentira” - dice el párroco-, Montoya dio una parte para
el aire acondicionado pero el resto del valor lo dieron vecinos y personas que
aportaron”.
Lo que sí es cierto que es la parroquia más pequeña si se tiene
en cuenta que el cordón amurallado está constituido por La Catedral, San Pedro
Claver, Santo Domingo y Santo Toribio.
Favorita para bodas
Esta iglesia también es conocida por haber sido el lugar donde
se han celebrado bodas de celebridades como la de Juan Pablo Montoya, Silvestre
Dangond y miembros de la familia Ardilla.
Hasta la fecha Santo Toribio ha celebrado casi que un centenar
de matrimonios. Esta iglesia es elegida por encima de otras en Cartagena, no
solo por tener aire acondicionado sino también por su artesonado que se dice es
el único que hay de
Su clase en Colombia y tras la restauración lo dejo totalmente
original.
“El techo tiene forma de un barco volteado al revés, tiene grabados en madera de dientes de perro, pinturas delicadas, unos palomares y también el retablo del altar mayor que data del año 1666”, agrega el padre. El estipendio para celebrar una boda es de un millón y medio de pesos que se asignan para mantenimiento
“El techo tiene forma de un barco volteado al revés, tiene grabados en madera de dientes de perro, pinturas delicadas, unos palomares y también el retablo del altar mayor que data del año 1666”, agrega el padre. El estipendio para celebrar una boda es de un millón y medio de pesos que se asignan para mantenimiento
Iglesia Santísima Trinidad
Esta iglesia, situada en el barrio de
Getsemaní, fue erigida hacia el año 1600. Está dedicada a la Santísima Trinidad.
A principios del Siglo XVII, el
obispo de Cartagena presentó al monarca español una petición para construir un
templo en el arrabal de Getsemaní, argumentando la necesidad de que tan
populoso barrio tuviese una parroquia, pues por estar fuera de la ciudad
amurallada, sus habitantes estaban muy lejos de la catedral y de las
bendiciones de la iglesia católica.
Esta demanda fue respaldada por el capitán
Julio Evangelista, vecino del barrio, quien ofreció subvencionar la obra, a
condición de que se le diese el derecho de patronato con facultad de
administrarlo a sus herederos.
Así pues, el rey de España ordenó al
gobernador, mediante cédula real de 1642, que le informase del número de
habitantes del mencionado barrio y la distancia que lo separaba de la catedral.
La elocuente respuesta derivó en el permiso real para la construcción de la
iglesia de la Trinidad, que se constituyó en el segundo templo en antigüedad de
Cartagena.
El templo, cuyos planos finales datan de 1716,
está inspirado en la catedral de Cartagena. Al igual que en ésta, las capillas
colaterales forman una cruz, sobre las que descansa una pilastra que sostiene
el arco del triunfo.
La iglesia de la Trinidad es un templo de tres
naves separadas por columnas de fuste que sostienen sendos arcos de medio
punto. Las techumbres de las naves y el presbiterio están ornamentadas con
artesonados estilo mudéjar.
Tiene esta iglesia un retablo del Purgatorio
repintado por Pedro Tiburcio Ortiz Alaix en el año 1868, cuyo rasgo distintivo
es que en lugar de estar representada la Virgen María presenta una imagen del
arcángel San Miguel.
La portada, de dos cuerpos, es de
extrema sencillez, en tanto que el último tramo de la nave del Evangelio,
ocupado por una pesada torre-campanario, recuerda el de la iglesia de Santo
Domingo
Se llama así desde 1643, año en que la Iglesia
de la Santísima Trinidad fue terminada de construir. Tiempo después, siendo
Cartagena independiente de la Corona Española, el Cabildo dispuso que se le
llamara Plaza de la Libertad, en honor de los habitantes del barrio Getsemaní
que se congregaban en dicha plaza y quienes participaron el 11 de noviembre de
1811 en la revolución que traería como consecuencia la firma del Acta de
Independencia. También se cuenta que desde el propio atrio de la iglesia los
caudillos exhortaban al pueblo enardecido.
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