jueves, 12 de mayo de 2016

Calles del Centro




Las callecitas de Cartagena son el mejor recuerdo que usted se puede llevar de nuestra ciudad. Son tan recordadas, que aquí la nomenclatura muy pocos la conocen. Es más fácil ubicarse por el nombre de las calles.

Calle de Tumbamuertos

En un principio se le llamo Calle de Nuestra Señora del Popolo.
Para mediados de 1876 Cartagena fue asolada por una terrible epidemia que llamaron “el tablón”, que no fue otra cosa sino lo que hoy conocemos con resfriado muy fuerte. La peste acabo con bastantes personas en la ciudad. Hubo casas donde no sobrevivió nadie.
Cuando los vecinos del barrio de San Diego iban a enterrar a sus difuntos tenían que pasar por esta calle y hubo la casualidad que en dos o tres ocasiones por el pésimo estado de las vías, los que cargaban el muerto se caían con todo y ataúd al suelo; y desde ese año de 1876 cada vez que alguien quería dar una dirección de la calle decía: “allá en la calle donde tumban a los muertos”. Y según dicen que a los vecinos hasta se les ocurrió que en esa calle había alguna clase de duende que festejaba cuando hacia caer los fúnebres transeúntes

Calle la Mantilla

Se le llamo en un principio Calle de Nuestra Señora de la Bendición
Leyenda:
Don Baltasar de Soriano, alto empleado de la Real Hacienda vivía en una de sus casas con su hija María de Encarnación. Don Juan Pérez de Guzmán fue nombrado Gobernador de Cartagena en 1658, y hubo de enamorarse de la muchacha. Pérez de Guzmán la pidió en matrimonio, mas la boda no se llevaba a cabo.
Más tarde fue nombrado Gobernador de Puerto Rico, y se largó a la isla en el primer galeón que zarpó sin avisar a nadie de la familia. Cuando María de Encarnación se enteró de la partida de su prometido, apenada, se estranguló con la mantilla de seda que se ponía los domingos para ir a misa. Y es que el vil novio aparte de dejarla plantada la había embarazado. Desde entonces la calle se denomino de la Mantilla

Calle de la Sierpe

Leyenda:
Dícese que muy a menudo los habitantes de esta calle escuchaban en las horas de la noche un ruido como de algo grande arrastrándose sobre el pavimento y como con cascabeles de serpiente. Nadie atinaba a dar explicación a lo que oían, puesto que no tenían el valor suficiente como para asomarse.
Cuando en 1608 el alcalde de la ciudad (Don Antonio de Viloria) quiso vigilar en persona la calle, una noche por fin se pudo develar el misterio. De repente, de la nada salió una enorme serpiente, amenazante como ella sola: ojos fosforescentes, retorciéndose y agitando ruidosamente los grandes cascabeles que llevaba en el rabo. El alcalde, que no era un cualquiera enfrentando espantos, trazó unas figuras mágicas en el aire y que había aprendido cuando estuvo en la isla de Santo Domingo.
Dicho conjuro surtió efecto puesto que la tal culebrota se tornó en lo que realmente era: una mujer común y corriente, una bruja. Esta, viéndose perdida, le pidió perdón al alcalde, mas fue encarcelada sin piedad. Presa estuvo hasta 1614 cuando La Inquisición la condenó a doscientos azotes y al destierro definitivo.

Calle de Quero

En tiempos de la Colonia se conocía como Calle de Nuestra Señora de Valencia.
Leyenda
Hay en esta calle una casa que es reconocida como "tenebrosa". Allí vivió Miguel Cuero, un tipo muy avaro y rico que heredó su fortuna de unos parientes. Este personaje resolvió un día cambiarse el apellido a Quero, puesto que a su madre antes la llamaban "Cuero de gato curtido", y esto como que le causaba vergüenza. Dedicado a cuidar su preciado tesoro, una noche escuchó ruidos en su casa y acudió a ver qué pasaba. Llegó hasta el baúl donde guardaba sus haberes y comenzó a contar todas las piezas, una por una. En esto estaba, cuando la pesada tapa del baúl le cayó encima de la cabeza y así terminó sus días el avaro de Miguel Quero.
Al cabo de un tiempo el olor del cadáver alarmó a los vecinos que avisaron a las autoridades, quienes entraron a la fuerza en la casa hallando el cuerpo inerte hinchado de gusanos. Pronto surgieron leyendas alrededor de la casa. Tarde de noche no había quien osara siquiera pasar frente a la casona.
En cierta ocasión, un "valiente" que se fumaba un cigarro frente a la casa para calmar el susto vio como alguien le pedía candela desde el balcón, y privado quedó el tipo al ver una mano larga y huesuda que le arrebataba de la propia boca el cigarrillo. Una vez llegó un antioqueño con el propósito de erradicar de una vez por todas a los fantasmas y pidiendo permiso se alojó en la mansión. Esa misma noche, después de acostarse, el paisa escucha unos ruidos y acude armado de revólver a ver qué pasaba. Pasó una sombra delante suyo y el hombre descargó seis tiros de una vez. Y estupefacto vió como le devolvieron las seis balas mientras una fantasmal voz decía: "A mi no me hacen daño tus balas; ahí te las devuelvo".
Dicen que el antioqueño quedó loco luego de este suceso y terminó sus días recluido en un manicomio.

Calle de Tripita y Media

Antiguamente se conocía como Calle Canabal.
Leyenda:
Se dice que en la Calle de La Magdalena en una casa como cualquier otra vivía una muchacha con su familia; eran pescadores que se ganaban la vida modestamente en cercanías del Caño San Anastasio, hoy desaparecido bajo el sector de La Matuna. La joven en cuestión era muy poco llamativa en cuanto a belleza se refiere. Ayudaba a sus hermanos en el proceso de pesca.
Cierto día tomó la costumbre de apartar la tripa de cuanto pescado descuartizaba para después comérsela ella sola luego de sazonarla y freírla. No tardó el vecindario en enterarse del singular hábito de la muchacha y tardó mucho menos en apodarla "La Tripita".
Un día festivo en que el pueblo estaba en las calles, la niña resolvió acicalarse para salir también, y se puso unas medias que le había regalado la madrina. Los vecinos al notar la prenda que estrenaba con orgullo la muchacha no atinaron sino a exclamar: "Vee, si la tripita lleva medias puestas". Y según dicen, a partir de entonces la llamaron "Tripita y media". Cuando se quería ubicar a alguien, la gente común decía "Allá donde vive la tripita y media". Y ya la calle lleva más de doscientos años con este peculiar apelativo.

Calle de las Damas

A principios de 1600 se le llamó calle de nuestra señora de los ángeles.
Leyenda
Dice la leyenda que cuando el gobernador Anastasio zejudo Núñez rindió cuentas de la construcción de las murallas al entonces rey de España, Carlos Vi, y que había costado toda una fortuna, el rey quiso ver desde su mansión real en la madre patria con un catalejo la magnitud de tan costosa obra. Como no lo logró, en complicidad con algunos íntimos decidió irse hasta la propia Cartagena vestido de mujer para así poder ver más de cerca las murallas. se alojó en una de las casas de esta calle. Obviamente llegaron de incógnitos, y como nadie pudo identificarlos, los vecinos se imaginaron cuanta teoría se le viniera a la mente. al fin no pudieron dar con la identidad de tales señoronas, de tales "damas", quienes volvieron a España pasados unos días. de aquí viene entonces el nombre de esta calle.

Calle de Don Sancho

Se la denominó así por haber vivido en ella el célebre don Sancho Jimeno, general español que defendió el castillo de Bocachica cuando el barón de Poitiers atacó a Cartagena el 13 de abril de 1697.

Callejón de los Estribos

Se llamó en un principio de nuestra señora de la luz.
Leyenda
Cuando los frailes dominicos terminaron la obra de la iglesia de santo domingo en 1559, al poco tiempo observaron que los cimientos del edificio estaban cediendo por el lado de dicha calle. Así decidieron los dominicanos construir los actuales contrafuertes que se pueden observar y es por esto que la calle, al volverse más estrecha, pasó a llamarse callejón de los estribos.

Calle de la Inquisición

Antes del año 1600, la calle fue conocida con el nombre “Nuestra Señora de la Concepción”, pero instalado el Santo tribunal de la Inquisición, la vía fue llamada tal y como se le conoce hoy.
Calle Gastelbondo

su primitivo nombre era calle de nuestra señora del niño perdido.
Leyenda
se dice que debajo del baluarte de santo domingo todas las noches salía un "mohán", que saltaba dentro del pozo que hay en una de las casas, y armaba gran estrépito que no dejaba dormir ni a la dueña de la casa ni a los vecinos de por allí.
Doña dolores pasco de vela, dama religiosa por excelencia, queriendo acabar con el duende le ofreció a la virgen del Carmen que fundaría un colegio si lograba erradicar al espectro que tan desvelados tenía a todos en los alrededores. al poco tiempo el mohán se esfumó y doña Pasco fundó entonces el colegio del Carmen el 16 de julio de 1840.

Calle Ricaurte

Nombre es en honor del héroe de la nueva granada Antonio Ricaurte. en un principio se llamó calle de nuestra señora de las latas y luego calle de santa teresa.
Leyenda
se dice que en una de sus casas habitaban duendes. la noche que el general Tomás Cipriano de Mosquera celebraba la victoria de guaspud, donde habría de perder el general Juan José Flórez, en las casas contiguas no pudieron dormir a causa de un gran bullicio, chocar de espadas y copas de vidrio reventadas en el suelo.
a la mañana siguiente, indagaron a los dueños de la casa cuál era el motivo de tanto festejo esa noche. Respondieron que no habían hecho absolutamente nada, mas la señora de la casa dijo haber soñado con una gran fiesta que se daba en casa del General Mosquera.
Lleva este nombre en honor del héroe granadino Antonio Ricaurte, que murió en la batalla de San Mateo el 25 de marzo de 1814.


Calle de Nuestra Señora del Carmen

En un principio se le llamó Calle de Nuestra Señora de Chiquinquirá, y luego tomó el nombre actual.
Leyenda:
 Se cuenta que todas las noches a las doce en punto los vecinos veían salir de una de las casas un carro, similar a un coche, remolcado por dos caballos, encendido completamente en llamas, en cuyo centro iba alguien que tiraba chispas por los ojos. Se desplazaba raudo para luego meterse en una casona de la Calle de La Factoría, mas nunca era visto regresar adonde salió. Todas las noches ocurría lo mismo hasta que jamás volvió a aparecer el endiablado coche.

Calle Nuestra Señora del Rio

Luego de fundado el convento de santo domingo el diablo en persona se encargaba de aparecerse todas las mañanas a los feligreses que fielmente acudían al templo, con tal de estorbarles en su camino. mas la gente llegó a ver tanto al demonio que se acostumbró a no determinarlo siquiera. el diablo, ofendido y burlado, tramó entonces una artimaña.
Al día siguiente los feligreses vieron como las calles de acceso estaban obstruidas por enormes piedras. ante el alboroto formado por los vecinos y acudientes a la misa el superior del templo se enteró de lo que pasaba, y saliendo llegó hasta donde estaban los peñascos, hasta tocarlos diciendo: "Lucifer, con dios tú no puedes", para luego empujar aquellas moles que cayeron con estrépito. Se escuchó entonces una terrible carcajada y un gran aleteo se sintió en el cielo al tiempo que un olor a azufre invadía las cercanías

Calle de la Soledad

Terminada la construcción del convento de San Agustín; los religiosos resolvieron edificar la iglesia, la cual quedaba en el lugar que actualmente ocupa la imprenta departamental y parte de la Biblioteca Fernández de Madrid. En dicha iglesia estaba instalada la cofradía de nuestra Señora de Altagracia soledad de María del santo entierro de Cristo. Hasta fines del año 1875, era costumbre que para el viernes santo salía de la iglesia, a las doce de la noche, la imagen de Nuestra señora de la soledad. Recorría varias calles del centro amurallado y se encaminaba al templo de la santísima trinidad y allí permanecía una hora, y luego regresaba, casi al amanecer. Por eso viene el nombre a esta calle el cual tomo la cofradía nuestra señora de Altagracia soledad de maría de santo entierro.

Calle de las Bóvedas

En  1789 llevase a cabo la edificación de las bóvedas en las murallas de santa catalina , obra que costó un millón setecientos cincuenta mil pesos. Calle que arranca de la plaza San diego, y que mira de frente  a la calle Tumbamuertos, tomo inmediatamente el nombre de las Bóvedas.     
Calle del Curato

El nombre de esta calle, que es donde Gabriel García Márquez tiene la casa que le construyó el arquitecto Rogelio Salmona, le viene porque una vez terminada la iglesia de Santo Toribio, el curato de los sacerdotes que administraban el templo quedaba en la casa de al lado.
Calles primera y segunda de Badillo

Hoy están repletas de puestos de chucherías y comida. Su nombre fue tomado del célebre visitador español que fue gobernador de la provincia de Cartagena en 1536, don Juan de Badillo, quien vivió en ambas vías. Encarceló a Pedro de Heredia y lo sometió a un tortuoso proceso judicial.
Calle Baloco: 

Es una de las calles más tradicionales y típicas de Cartagena, situada en un sector importante de la ciudad. El nombre oficial de esta calle es Nuestra Señora de Guadalupe, En ella vivió don Francisco Baloco Leigrave, que se desempeñó como gobernador de Cartagena en 1716
Calle del Tablón

Calle del Tablón Primero se llamó calle de Nuestra Señora de los Valles, y después, calle de la Imprenta, porque en una de sus casas funcionó la primera imprenta establecida en Cartagena. Más tarde, se le puso calle del Tablón porque, según algunos, en ella murió el primer enfermo de una epidemia que azotó a la ciudad y que el pueblo denominó el tablón , y según otros, porque solía inundarse con los aguaceros y los vecinos ponían un tablón para que la gente pasara de una acera a otra
Calle de la Factoría

También llamada Calle de la Marquesita. su nombre oficial es calle de nuestra señora de La Candelaria. Se dice que fue llamada así por la fábrica de Harinas que el Marqués de Valdehoyos tenía en su casa.

Calle Cochera del Gobernador

El nombre oficial de esta calle es el de “Nuestra Señora de los Desamparados, patrona de Valencia. En alguna época la casa contigua a la Gobernación, en esta calle, estuvo comunicada con el Palacio.
Se destino para guardar los vehículos del gobernador en unos lugares que existieron precisamente en el lugar que hoy ocupa la casa, por eso el nombre Cochera.
Calle de la Merced

Su nombre proviene por que en el lote del terreno que ocupa el Teatro de Heredia, existió la Iglesia de la Merced

Calle de la Universidad

Esta calle ha tenido varios nombres. Primero se llamó calle Rafael Calvo, por orden del ayuntamiento se estableció que llevara el nombre de este destacado y meritorio hijo de Cartagena, quien vivió muchos años en esta vía. Luego, a raíz de la fundación de la primera escuela pública de niñas, llamada “La Igualdad” adoptó el mismo nombre, y hoy es llamada Calle de la Universidad en honor al Alma Mater de Cartagena.

Calle de Santa Clara: 

Inicialmente calle de nuestra señora del Tránsito, después calle del Torno de Santa Clara, debido a que en la entrada de la puerta principal del convento existió el clásico Torno. El 13 de abril de 1683 esta calle fue escenario de un enfrentamiento entre los frailes franciscanos y las monjas del convento de Santa Clara debido a las medidas implantadas por el obispo de la Diócesis, Miguel Antonio de Benavides, en beneficio del clero.  En este año las clarisas le solicitaron al obispo que las libertara del mandato de los monjes de San Francisco y esto dio lugar a que estallara entre ambas comunidades una cruenta guerra.
Calle de San Agustín

Fue llamada por muchos años como calle de nuestra señora del consuelo o de San Agustín Chiquita, nombres derivados de la Capilla y Convento de San Agustín de gran importancia durante la era Virreinal.

Calle Santa Teresa

Existen tres calles de Santa Teresa. La primera va desde la esquina de Baloco o la esquina de las Damas, cuyo nombre oficial es nuestra señora de Las Latas, la segunda que corre de la esquina de Baloco a la esquina de San Juan de Dios (torno de Santa Teresa) y la última que va de la esquina de Baloco hasta la playa del triunfo (calle de la victoria de Santa Teresa).

Calle de Santo Domingo

Hay tres calles que conducen a la iglesia y convento de Santo Domingo, la que corre entre la esquina de la calle de Baloco y la plaza de Santo Domingo (calle de nuestra señora del Carmen) y la que viene de la esquina de santos (calle de nuestra señora del Rosario o del palenque). En su vecindad vivió el prócer de nuestra independencia doctor José Fernández De Madrid.

Calle de Nuestra Señora de Landrinal

Recibe este nombre debido a que en esta calle había un patio desolado en el cual había un árbol frondoso que daba fruto entre acido y dulce y su corteza era dura y este árbol se le llamaba Landrinal. Parece que andrinal traducía huerto y landrinal fruto y por esto recibió ese nombre

Calle del Arzobispado

Esta calle fue conocida con el nombre de la iglesia, seguramente por cercanía a la catedral más tarde fue llamada del cementerio de la iglesia, porque era costumbre en aquellos tiempos enterrar a los difuntos que habían vivido en jurisdicción de cada parroquia y en la iglesia de la catedral les daban sepultura.

Calle San Pedro Claver

En la época de la colonia se llamo también Nuestra Señora de la Salud. Mas tarde las autoridades locales dispusieron que la vía llevara el nombre del defensor de los esclavos, San Pedro Claver

Calle Cabal

Está situada entre la Plaza de la aduana y la calle del Candilejo , a finales del año 1898 el cabildo dispuso que la via citada se llamara calle Antonio de Real, pero ninguna autoridad ha ordenado tal orden

Calle de la Amargura

Recibe este nombre ya que el 17 de junio de 1626 verificose en esta ciudad el segundo “auto de fe” preparado con toda solemnidad por el tribunal de la inquisición. el miércoles 16 salió del palacio del santo oficio la ultima ritual , procesión que anunciaba la condena  de los herejes.
La Procesión tomo la Calle lozano, Plaza de los Coches, Plaza de la Aduana y al llegar a la Calle de la Amargura el reo, Pedro Sánchez Mancera le dijo a su compañero Amaro Gómez:
“Amigo, falta muy poco para llegar al lugar del tormento apenas nos falta andar la callecita que viene, que con el tiempo debería llamarse, La ruta de la Amargura” y a esto se le debe el nombre de la calle

Calle Cochera del Hobo

En épocas de la colonia se llamo calle “Nuestra Señora del Socorro”
Algunos historiadores sostienen que un amplio solar existía una cochera de propiedad del señor Antonio Álvarez, apodado como el “Lobo” por unas largas y ásperas barbas que el tipo tenia. Se afirma que la cochera en cuestión era muy solicitada por que su dueño atendía con paciencia a los muchos cocheros que hasta aquí llegaban para guardar sus vehículos y caballos.
Otra versión es que en la esquina de esa calle con Plaza de san diego, había un árbol denominado Hobo o Jobo y por eso la calle tomo ese nombre.

Calle Stuart

Su primitivo nombre fue “calle de santa clara” por la vecindad del convento de santa clara de asís, esta calle es la que arranca de la calle curato a la plaza san diego.

Calle del Sargento Mayor
Esta calle del “Sargento Mayor” fue para la vida pasada de Cartagena, lugar de suma importancia, Anteriormente se denominaba “nuestra señora de los reyes”. En dicha calle vivió por largos años el sargento mayor don Juan Toribio de Herrera Leiva, y la calle tomo el nombre de “Sargento Mayor”

Calle del Santísimo


En esa calle vivía un señor y pocas casas después de su residencia vivía una familia  de apellido Villareal. De las hijas de Fernández sobresalía una niña llamada Constanza donosa inteligente bondadosa y bonita. Jerónimo Villareal se enamoro perdidamente de ella. Una mañana, muy temprano varios miembros de la familia Fernández y Villareal se vieron cara a cara. Las espadas salieron a relucir y se armo una gran batalla. Cuando del templo de santo Toribio se dejo oír la campanilla  del monaguillo que marchaba detrás de un sacerdote que portaba el santísimo el cual iba a visitar a un enfermo grave vecino de la calle. Cuando los contrincantes se dieron cuenta de que el viatico pasaba inmediatamente suspendieron la pelea y todos marcharon detrás del sacerdote y este les dio un platica cristiana. Los Fernández y los Villareal sintieron dentro de su pecho algo nuevo que los lleno de inefable regocijo. se miraron unos a otros sonrieron se acercaron y se estrecharon las manos . Desde aquel momento la paz cobijo a las dos familias y la calle teatro de la refriega se llamo “el santísimo”

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